Enséñame, Dios, a bendecir y orar
por la hoja marchita,
la luz del fruto maduro,
esta libertad, de ver, sentir, respirar,
saber esperar, saber fracasar.

Otorga a mis labios, bendición y gratitud,
en la nueva mañana y el anochecer,
para que mi día, hoy, no repita el ayer
para que no se torne mi día, rutina de ser.

~Lea Goldberg~



Firma en el libro de visitas,por favor






Graficos por Marisol